Es un hotel precioso en el centro de Montréal.

La ubicación aquí es excelente, justo en el centro de la ciudad. 🌟

Me ha encantado la habitación, la cama era cómoda. Había un baño grande con un secador de pelo, una ducha a ras de suelo y toallas de baño.

El desayuno tenía mucha variedad de croissants y panes. La habitación que nos dieron tenía una zona de comedor, una mesa de trabajo y un hervidor eléctrico. Ubicación excelente - a poca distancia de todos los lugares que necesitábamos. Estaba al lado del corazón de Montréal...

Las habitaciones son fantásticas, cómodas y definitivamente regresaré en el futuro.

La habitación estaba genial y cómoda, y la ubicación del lugar era genial. Además, el desayuno incluye deliciosos croissants y panecillos 🥐.

Me encantó la decoración de la casa, es muy bonita y elegante, con muebles antiguos y detalles encantadores. Los espacios comunes son espaciosos y acogedores, perfectos para relajarse y disfrutar de una taza de té. Además, la accesibilidad para personas mayores es excelente, con rampas y pasillos anchos que facilitan el desplazamiento.

Me hubiera gustado que el personal estuviera más atento a las necesidades de los huéspedes mayores. Aunque los niños que trabajaban allí eran amables, a veces se les olvidaba proporcionar algunas cosas que necesitábamos.

Me encantó mi estancia en este B&B. Los anfitriones fueron maravillosos, siempre pendientes de que no me faltara nada y me dieron excelentes recomendaciones tanto para explorar el pueblo como para hacer excursiones fuera de él. La limpieza del hotel era impecable y las instalaciones eran fantásticas, especialmente la piscina que fue un salvavidas durante el calor. La ubicación era conveniente y me resultó fácil desplazarme por la ciudad. Además, el desayuno era increíble, con deliciosas tartas caseras preparadas por Flo. Me sentí como en casa gracias a la amabilidad y atención del personal.

Además, los espacios comunes eran muy amplios y cómodos, perfectos para relajarse. La ubicación del hotel también fue excelente, ya que estaba en un lugar tranquilo y accesible, lo cual hizo que mi estadía como una mujer mayor fuera muy cómoda.

Me hubiera gustado que el personal hubiera estado más pendiente de los detalles, como proporcionar todas las toallas y tazas que necesitábamos. Pero en general, no tengo ninguna queja significativa sobre mi estancia en este hotel.

La casa es muy bonita y ha sido restaurada de forma espectacular. Los anfitriones son amables y atentos, siempre asegurándose de que no nos falte nada. El desayuno es delicioso, con tartas caseras deliciosas. Nos sentimos como en casa durante nuestra estancia.

Nos faltaba una toalla y una taza para el té, las pedimos a la dueña pero se le olvidó proporcionárnoslas. Además, la ubicación del pueblo es un poco alejada para visitar Carcassonne, especialmente si no se cuenta con un auto.

Nuestra estancia en La Belle Vie B&B fue lo mejor que nos ha pasado en la vida! Además, la piscina fue la salvadora del verano, nos pegamos fiestas acuáticas épicas. Los anfitriones fueron de lo más simpáticos y nos dieron los mejores consejos para explorar la zona. El desayuno estaba bien y nos dio energía para nuestras aventuras por las montañas y las ruinas antiguas.

La única cosa que nos faltó fue un centro de fiestas en el hotel. Queríamos más diversión nocturna, ¡es lo que los jóvenes queremos!

La Belle Vie B&B en Montréal fue elegido por mi director para mi viaje de negocios y debo decir que fue una elección acertada. La Oficina de Turismo se encuentra en el antiguo balneario de la carretera principal, lo cual facilita la obtención de información y mapas para explorar la hermosa ciudad de Montréal. Esta ubicación estratégica hizo que mi estancia fuese aún más placentera, permitiéndome aprovechar al máximo mi tiempo libre.

En cuanto a los aspectos negativos, no tuve ningún problema con la propiedad en sí.

La casa era tope de guay, tenía una decoración increíble y los anfitriones eran los más enrollados. Nos recomendaron visitar unos castillos abandonados en las montañas y flipamos en colores. fuimos a un centro de deportes de invierno y nos lo pasamos de lujo. ¡La vista desde allí era alucinante! Sin duda, ¡nos lo pasamos como enanos!

Lo único que podríamos pedir es que hubiera más fiesta nocturna cerca del hotel. Nosotros queríamos seguir de marcha cuando volvíamos de nuestras excursiones pero el pueblo era un poco tranquilo.

Estuve alojado en una habitación muy bonita y cómoda con una zona de comedor y una tetera.

Primero fuimos a un pueblo antiguo superchulo, lleno de calles estrechas y casas de piedra. Después subimos una montaña increíble y la vista desde arriba era flipante. visitamos unas cuevas en ruinas, ¡nos sentimos como verdaderos exploradores! Y para rematar, fuimos a un centro de deportes de invierno a hacer snowboard, ¡fue una pasada! Nuestra aventura fue inolvidable.

Solo echamos en falta una cosa para hacernos el viaje perfecto para jóvenes fiesteros como nosotros: un lugar para divertirnos por la noche. Nos hubiera encantado tener cerca algún pub o discoteca donde poder salir y bailar.